Raquel Ponce
El trabajo investiga sobre el concepto del backstage, lo que sucede antes de pasar a la escena y lo que sucede después. El antes de la acción y el después de la acción, la parte de atrás de la escena, la trastienda de la acción. El préstamo lingüístico del término “entre bastidores” me sirve como metáfora para profundizar y ubicarme en el “entre” lo escénico y lo plástico, “entre” el cubo blanco expositivo y la caja negra escénica.
El backstage, como tema al mismo tiempo que como dispositivo y mecanismo para accionar, busca el descentramiento, el fragmento, el intervalo, el intermedio, el entre-tiempo, el fuera de campo espacial al mismo tiempo que el temporal. De esta forma pretende ocultar, arrebatar a la vista del espectador lo que hay para ver, haciéndole pensar sobre lo que está viendo, o más bien sobre lo que no está viendo, al mostrar no la tachadura sino el resultado tachado.
En definitiva, construir una pieza, desde la parte de atrás, tratando de limitar al máximo tanto las palabras como la información que transmiten; jugando con lo no dicho, con lo no visto, con los espacios ciegos, con el punto muerto de la mirada; reduciendo al máximo los anclajes narrativos, ocultando hasta donde se puede sin caer en la inanición, hasta el límite en el que menos deja de ser más y ya es simplemente menos.